Tengo tiempo para ti y poco más.
¿Te parece bien?
Tengo mi tiempo unido al tuyo
¿Estás de acuerdo?
Luego no me digas que te agobias, que tú tiempo es tuyo, que necesitas tiempo para ti.
El tiempo para ti, el tiempo en el que tengas que reflexionar… El tiempo en el que tomes nuevas decisiones, ya llegará. Hoy es tiempo de amor.
Ahora, hoy, es tiempo de los dos
Ahora, hoy, es tiempo de los dos. Ahora vivo mi tiempo y lo vivo contigo. Estoy libre de compromisos porque mi compromiso eres tú.
¿Lo quieres así?
Te conozco desnudo y vestido. Te conozco hablando por teléfono y rechazando una llamada. Te conozco como la nube conoce la lluvia pero te quiero conocer más… y para eso necesito estar contigo, metida como una pulga en el pelo de un perro.
Conocer es amar y yo te amo. Te amo hoy, no sé si luego pero, te amo ahora. Y tú me dices que cada una de tus neuronas está ocupada por mi.
Te creo.
Mi miedo lo encuentro cuando me da por pensar: ¿qué momentos de nuestros encuentros desbordan tus neuronas?
¿Qué selfies subirías una y otra vez?
Yo quiero degustarte en el día a día, no solo en momentos «hits»
¿Estás de acuerdo?
No busco la monotonía en nuestros encuentros: verte levantar el dedo índice, señalando una estrella, es distinto movimiento que cuando lo elevas para indicar, que un avión empieza su despegue…
Cada gesto tuyo, me abre un nuevo mundo
en el que me puedo recrear contigo, si tú me dejas.
No quiero un amor sin fin, quiero un amor en el que cuenta cada momento que estoy contigo.
Seguro que tú piensas lo mismo
Deja las reflexiones para otro momento. Deja el «igual nos tenemos que dar un tiempo», para otro momento.
Deja el miedo y vive la aventura que hemos comenzado. Nuestra historia terminará… pero ahora no es el momento.
Autor texto: Itziar
En un grito alegre terminó mi mirada, cuando a pocos centímetros de mi oí tu voz.
No te esperaba, te sabía lejos.
Tu, y tus ideas locas te mandaron en un avión a no sé que pueblo perdido, de no me importa en qué continente. No te acompañé. No estaba preparada para dejarme llevar por tú impulso. Y ahora estás delante de mí, tan cerca.. que puedo oír el aire entrando en tu cuerpo.
Estás delante, con tu cuerpo tímido y tu sonrisa burlona.
Hola me dices, casi como si no nos conociésemos, como si todo el tiempo que pasamos juntos no hubiera existido. Hola, me repites, porque yo no soy capaz de mover mis labios para decirte: ¿cuándo has regresado? ¿por qué no me avisaste?
Total mejor no moverlos! solo eran convencionalismos, frases que pronuncio para no dejar salir lo que siento en este momento: alegría, rabia, tristeza, casi-casi… ganas de estrangularte y de abrazarte a la vez. Ganas de abrazarte en un abrazo eterno para que no te pudieses escapar otra vez….
Segundos pasaron en un momento eterno para mí, hasta que sentí tus labios en los míos y supe que nada había cambiado entre tú y yo.
Me cogiste de la mano y sin dudar nos fuimos, nos fuimos para encontrarnos una vez más.
Me supongo que esto es amor, amor que no pide explicaciones. Amor que sabe que ama.
Amor que no conoce distancias. Amor que goza con el amor.
Amor que expresa que la próxima vez que te entre “una idea loca” en tu revuelta cabeza, sepa acompañarte en la aventura para no convertir el tiempo de espera, en deseo.
Una mirada, me dijo que habías llegado y un grito, mi grito me contó ¡como deseaba tenerte en mis brazos!, como deseaba oír tus palabras, esconder mis dedos en tu pelo…, y sentir mis palabras en mi boca diciéndote: te quiero.
Autora texto: Itziar.
Siempre será mi penúltima vez si se trata de besarte, acariciarte y hacer un tour por todas las sábanas de casa
Te quiero. Y es la penúltima vez que te lo digo
Escucharemos nuestra canción por penúltima vez, esa que hace que nuestros ojos hablen y nuestras respiraciones se aceleren
Ana Fernandez
Otros escritos del autor:
Me gustaría que la tierra fuese cuadrada, me gustaría ver el infinito, pero lo que realmente quiero es verte a ti.
Lo que realmente quiero es verte a ti
Sentir tus palabras en mis oídos, sentir tu risa en mi piel, si en mi piel, porque cuando te oigo reír mi piel se calienta. Tu risa, compases que sale de tus labios, tantas veces besados. Tu risa, sonidos sin palabras que abren mi sexo sin ningún pudor.
Dicen que el amor no se encuentra, ¡mentiras de abuela! porque yo te he encontrado a ti.
Cierro mis oídos al que me dice que me estoy engañando porque tu amor no será eterno
Que nadie me diga que el amor caduca, que nadie me diga que el amor es una fantasía…. Cierro mis oídos al que me dice que me estoy engañando porque tu amor no será eterno, como en los cuentos de hadas.
Yo solo escucho tu risa, cuando estás entre mis brazos y cuando comparto contigo el autobús. Los sonidos no mueren, los sonidos son eternos como nuestra relación de hoy.
Dicen que solo los tontos se ríen por todo, ellos son sabios
Dicen que solo los tontos se ríen por todo, ellos son sabios. Saben sin que nadie se lo haya contado que la vida es un paseo a través de la felicidad.
Y hoy te he visto y hoy te he sentido y mi marcha contigo es mi paseo por nuestra felicidad.
Qué bien suena tu risa y la mía cuando nos decimos: Buen día, te quiero.
Qué bien suena tu risa y la mía cuando nos decimos: Buen día, te quiero.
Texto: Itziar
Te quiero y puedo decírtelo de muchas formas. Te quiero cuando me miras y brillas. Y me haces temblar con tu mirada acariciando la mía como si fuera un vals. Entonces todo comienza a dar vueltas y nosotros nos mantenemos de pie, firmes uno al lado del otro. El tiempo se para y rompemos las manillas del reloj para que no puedan girar
Soy consciente de que rompería todos los mapas para perderme en tu sonrisa
Y, sonríes. Sonrío. Y soy consciente de que rompería todos los mapas para perderme en tu sonrisa.
Te quiero cuando me acurrucas entre tus brazos en mitad de una noche de invierno o de un agosto caluroso. Cuando me abrazas fuerte y rompes todos mis miedos en trozos y escondes cualquier pegamento que pueda juntar las piezas de la oscuridad. Cierro los ojos y me siento en casa. Contigo. Aunque estuvieras meciéndome en mitad del abismo. Eres hogar.
Te quiero cuando aplaudes mis logros y te sientas a mi lado en mis caídas
Te quiero cuando aplaudes mis logros y te sientas a mi lado en mis caídas. Y acaricias mi espalda y me animas aun cuando te quedas sin voz. Cuando vienes y me dices que jamás olvide que mis sueños pueden ser una realidad. Que llorar no es un delito y que hay que romper las normas a carcajadas.
Te quiero cuando me besas en el descansillo antes de subir el primer escalón…y coges mi mano para que tropecemos con nuestros labios un par de minutos más. Cuando acaricias mi cuerpo y siento un leve cosquilleo en el alma. Cuando somos nosotros sin más. Tan nuestros que jamás nadie pueda entenderlo.
Te quiero porque aun en silencio te escucho dentro
Te quiero cuando haces de cada ciudad, Verona. Cuando me ofreces tu mano para bailar en cualquier sitio: entre tus brazos, en la acera, camino a sabrá dios dónde, en un bar cualquiera…sin miedo de tropezarme con tus pies y deseando saltar hasta toparme con tus labios.
Te quiero cuando haces que las doce parezcan las ocho a tu lado. Y las campanas dejan de sonar y no haya zapato que olvidar. Cuando me da igual si las carrozas se convierten en calabaza. Solo quiero que tus labios sigan moviéndose al ritmo de nuestras respiraciones y no apartes tus manos de mi cintura. Y sigamos besándonos.
Te quiero porque aun en silencio te escucho dentro.
Autor
Espe García Serrano –Libro
Twitter: @essspegarcia
Instagram: @essspegarcia
Otros textos de Espe:
Repite conmigo: Si (me) quiero todos los días
Querida sociedad: No quiero pasear por las calles con miedo al qué pasará
Que escucharte reír debe ser como encontrar el final del arco iris; difícil, pero de otro mundo
Tan siquiera sé cuál es la banda sonora de tu vida. Y si no tienes, permíteme que te la ponga
Ana Fernandez
Otros escritos del autor:
Si quiero. Un café en mitad de una callejuela con el viento sonando como banda sonora y nuestras manos entrelazadas buscando el calor más apasionado. Un paseo con el frío chocando nuestras caras y una sonrisa tímida rozar mis labios ansiando crecer. Un viaje lleno de aventuras sin tiempo estimado, recorriendo el mundo con los ojos bien abiertos sin perder detalle de cualquier monumento (tú estás entre ellos). Un chapuzón como apuesta a las cinco de la mañana en pleno agosto, un jaque mate convertido en victoria, un reloj ausente y unos labios cálidos en mi frente.
Si quiero. Un paseo con el frío chocando nuestras caras y una sonrisa tímida rozar mis labios ansiando crecer
Si quiero. Volver a verte y estrecharte entre mis brazos sin miedo a que te vayas, escuchar tu voz de nuevo acunarme hasta dormirme en tu pecho y desear que todo fuera eterno. Quererte sin PERO, que tus promesas no desaparezcan como el humo del tren, que te quedes y me quieras. Y me lo repitas a los cuatro vientos y entre susurros. En la cama, el salón, la calle, la montaña. Donde quiera que sea, pero que lo escuche como eco en mi corazón.
Quererte sin PERO, que tus promesas no desaparezcan como el humo del tren, que te quedes y me quieras
Si quiero. Disfrutar de mí sin necesidad de dar explicaciones, romper con las barreras y quererme con locura. No concibo la vida sin dedicarme el me quiero más profundo. Con una sinceridad extrema y sin tartamudeos. Que el espejo refleje a una persona llena de vida con ansias de mundo.
No concibo la vida sin dedicarme el me quiero más profundo. Con una sinceridad extrema y sin tartamudeos
Si quiero. Que leas sin que te duela, que vivas sin temor, que salgas a la calle con gritos de esperanza. Que seas tan tú que jamás nadie te prohíba serlo. Que las marcas de guerra te hagan tan fuerte como el mismísimo Hulk. Que entiendas que hasta el mismísimo Polo Norte se derrite tras los párpados al verte sonreír.
Repite conmigo: Si (me) quiero todos los días de mi vida.
Autor
Espe García Serrano –Libro
Twitter: @essspegarcia
Instagram: @essspegarcia
Seguro que tienes en tu vida alguna persona a la que llamas egocéntrica u orgullosa. Un amigo, compañero egocéntrico u orgulloso es difícil de tratar porque siempre es él y solo él. El simple nombre nos pone sobre la pista,,, todo tiene que girar en torno a él. Es un narcisista: está enamorado de si mismo y no puede parar de exteriorizarlo. Y resulta cansado.
El egocéntrico es el pobre-ego, que se muestra como ego-multimillonario
Debajo de tanto orgullo lo que se esconde es una falta de autoconfianza en sí mismo. El egocéntrico tiene una sensación pobre sobre él que contrarresta mostrándose siempre como el mejor. Tiene que ser siempre el centro de atención y lo consigue, porque se ha pasado la vida desarrollando esta fachada de “soy el más guay en todo lo que hago”, “como yo no hay dos” Es como un globo, que al más mínimo pinchazo se desinfla, porque en el fondo sabe que todo lo que reluce en él no es oro y no sabe convivir con la parte gris, de nuestra personalidad, que todos tenemos. El quiere ser un sol un sol que no conozca la sombra y esto no es real. Separarte emocionalmente de personas que representan este papel, es un alivio para tu autoestima.
Rasgos de las personas egocéntricas u orgullosas
Poseen sentimientos de Grandeza
Se creen que están destinados a realizar grandes hazañas, que la vida cotidiana no es lo suyo. Sus planes de futuro suelen estar fuera de la realidad…, porque no son capaces de evaluar lo que está a favor o en contra.
Encontrarán una cabeza que cortar y no, precisamente, la suya
A ellos, nada puede salir mal y si algo sale mal, ya encontrarán una cabeza que cortar y no la suya porque no son capaces de autoevaluarse.
Ambición y expectativas desmedidas
Siempre quieren más. Nunca es bastante con lo que tienen. Se vuelcan en compras costosas para demostrar que socialmente son más que nadie. Tienen que tener lo mejor de lo mejor. Lo suyo es mejor que lo que tú tienes por el simple hecho de que es suyo. Un viaje, un coche, una pareja… siempre te lo presentará como lo más en comparación con lo tuyo. Resulta aburrido y en muchos casos hasta, si estás de buen humor, gracioso.
Distorsión de la realidad
Todo lo que hacen lo centran en ellos. Todo lo convierten a su favor. La realidad está en función de ellos y no al revés. Si hace sol es porque se han puesto una camiseta de tirantes…, y no porque sea verano. Si se sienten “mareaditos” no es que hayan bebido una copa de más, es porque el licor era malo…
Otro rasgo característico es su falta de empatía
Los sentimientos de los demás no cuentan para él. No siente ni tiene ningún reparo en dañar al otro para conseguir sus objetivos. En su conciencia aparecen como “elementos a solucionar”
Su falta de empatía nos lleva a observar otro rasgo en el persona egocéntrica, y es que
Se percibe con derecho sobre las otras personas
El tiene derecho a ser escuchado, cuando no escucha. El tiene derecho a que le prestes tu atención, aunque tú tengas otras cosas en mente que en ese momento te son más prioritarias… vaya, el orgulloso te considera un ser a su servicio.
Reacciona desmedidamente ante las críticas o comentarios
Como es una persona falta de una verdadera autoestima, ten cuidado cuando le haces un comentario que él considera desfavorable. Todo lo toma como una crítica a su persona y no a un hecho concreto. Hasta lo que tú consideras una observación o una propuesta, él lo vive como que le estás atacando. Y saltará sobre ti como un león sobre su presa.
Son propensos al exibicionismo
Les gusta que la sociedad les valore, les gusta la adulación y por lo tanto suelen querer estar en cargos públicos. Y funcionan en ellos ya que resultan persuasivos y manipuladores para conseguir lo que se proponen.
En el fondo una persona egocéntrica-orgullosa suele ser una persona solitaria y negativa
Una de las formas de sobrevivir a una relación con una persona orgullosa es el alejamiento, si su cercanía te hace sufrir.
Tus intentos de complacerlo, seguramente que fracasarán
Tus intentos de complacerlo, seguramente que fracasarán porque es muy probable que nada de lo que hagas termine por alcanzarle. Es muy probable que nunca recibas su reconocimiento, y no es muy agradable vivir así.
Mostrar orgullo es muy positivo pero cuando es un orgullo que está basado en un amor sano por nosotros mismos, fruto de la autoestima y la autoconfianza. Un orgullo que sabe aceptar y valorar al otro y que se alegra de sus logros y de los logros de los demás. El orgullo negativo, el egocentrismo, es lo que llamamos soberbia. Y la soberbia no tiene lugar en un mundo de relación.