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Tag : vida

11 Jun 2018

Que no se te olvide sentir

En una época en la que las redes sociales inundan nuestras vidas y la realidad se disfraza de perfección, muchas cosas se nos pasan por alto. Nuestras prioridades se limitan a compartir el momento de la forma más original posible para conseguir likes, pero ¿y si en lugar de buscar la “publicación perfecta”, disfrutásemos del momento que estamos viviendo?

 

¿Y si en lugar de buscar la “publicación perfecta”, disfrutásemos del momento que estamos viviendo?

 

Una vez leí que las mejores historias se forman de momentos que se sienten, pero no se muestran a primera vista, y es cierto. Porque el instante perfecto no hay que crearlo, sino tener la capacidad de verlo y apreciarlo. De sentirlo. Al fin y al cabo, dentro de unos años no nos vamos a acordar de la foto que llegó a mil likes, o el tweet que se posicionó como número uno en tendencias, sino del momento, y de aquellos con quienes lo viviste.

 

El instante perfecto no hay que crearlo, sino tener la capacidad de verlo y apreciarlo

 

No malgastes la semana esperando a que llegue el viernes, esperando a terminar los exámenes, o salir del trabajo. Exprime cada ocasión hasta encontrar lo positivo de ella y así, poder acostarte cada día feliz con lo que has hecho. No te permitas arrepentirte por haber perdido un día. Porque las cosas buenas no llegan solas, tú eres el único responsable de hacerlas llegar. Tú eres el único responsable de tu felicidad, y el único que puede conseguirla.

 

Porque las cosas buenas no llegan solas, tú eres el único responsable de hacerlas llegar

 

Disfruta de cada oportunidad que te dan las personas, los lugares y la vida, porque no se va a volver a repetir. Aprende a ser feliz con las pequeñas cosas, pues son las mas valiosas. Crea historias que el día de mañana puedas recordar tumbado en la cama y te hagan sonreír como cuando las estabas viviendo.

No te conformes.

Que no se te olvide crear,

Disfrutar,

Vivir, Pero sobre todo…

Que no se te olvide sentir.

 

 

 

06 Jun 2018

Hay que aprender del tiempo

El pasado es algo que ya pasó, el futuro algo que está por llegar, y el presente es un regalo… quizás por eso tiene ese nombre» – Kun Fu Panda.
El tiempo es algo que va pasando y no se sienta en un banco a esperarte. A veces, puede ser un gran aliado, porque 24 horas tiene un día, y en uno pueden pasar cosas que jamás pensarías que podrían suceder. Y otras, si embargo, nos parece que es nuestro adversario, pues no trae consigo lo que que queremos que traiga, por mucho que pase.
Forzamos demasiado la maquinaria de la vida, jugando con ella a contrarreloj, y no caemos en la cuenta de que, cuando más lo hacemos, más tardan las cosas en llegar
Forzamos demasiado la maquinaria de la vida, jugando con ella a contrarreloj, y no caemos en la cuenta de que, cuando más lo hacemos, más tardan las cosas en llegar que queremos que lo hagan, porque estamos tan concentrados en ello, que a lo mejor en ese tiempo nos las hemos cruzado y no nos hemos enterado.
Las cosas llegan a su tiempo. Hay quien consigue sacarse una carrera en 4 años, otros en 5. Hay quien encuentra su vocación en la juventud, hay quien nace con ella puesta, y hay quien cumple 50 años y descubre que puede hacer cosas que jamás creía que pudiera. También, hay quien encuentra el amor demasiado joven, hay quien lo pierde pronto y vuelve a enamorarse… Ay, el amor. Tanto nos preocupamos en encontrarlo que muchas veces pasamos por algo que en un instante nos lo hemos cruzado y  no nos hemos percatado de su presencia. Pero ese es otro como el tiempo: llega, pasa y no avisa, pero si que se siente si se encuentra.
También existen personas que se frustran por no llegar a una meta. Y no comprendemos que acabar una fase, es empezar una nueva, es un ciclo permanente que no termina hasta la muerte, y para eso, aún nos queda mucho por vivir.
Creo que el tiempo es algo que no debería definir más y no restarnos hacia menos.
Como ya he dicho, lo forzamos demasiado, cuando es lo único (junto el amor) incontrolable de este mundo.
Y pasa incluso a su propio tiempo, como los momentos que vivimos.
Deberíamos pensar que lo más importante es el «ahora», no el «mañana», ni el «ayer». El futuro solo aconseja y el pasado, como su nombre indica, ya ha pasado de largo.
Vive hoy.
Vive la cerveza con los amigos después de un examen, las siestas después de comer que de una hora pasan a tres, el café del medio día compartiendo vivencias con colegas. Vive la hora de cena que siempre es sinónimo de «toca descansar», el camino a la universidad con tu canción favorita sonando en el móvil, el sexo intenso que dura dos horas o más, las risas cuando alguna amiga tiene alguna mala experiencia que al final, parece hasta cómica, porque reír también es seriedad y es más sano para el alma. Vive a tu familia dándote la bienvenida de vuelta a casa, las locuras de «hacemos esto, el cómo… ya lo veremos».
Todos esos momentos son hoy, ahora. Vívelo porque entre ellos puedes encontrar esos objetivos que quieres tanto. No atiendas a lo que voy a venir después, porque mañana… mañana será otro día en el que despertarás y volverás a vivir.
Hay que pensar menos en qué pasará y vivir la vida de más.
Porque esa respuesta solo la tiene el tiempo y no te la va a dar por mucho que tú se la exijas, porque sólo te la enseñará cuando pase de largo.
Hay que aprender más de él.
Atiende bien, es un buen consejero.
El fluye sin que nada le obstruya el paso.
Pasa de largo
y como viene,
se va.
No se detiene y mientras recorre el camino te da respuestas.
Hay que aprender del tiempo,
porque él fluye
y nosotros,
queramos o no,
fluímos con él.
El disfrutar o no de que pase,
ya no depende de nadie.
Pero cuando aprendas a vivir el tiempo,
y saborearlo,
empezará a ser un gran aliado
que te dará lo que mejor tiene:
Horas, minutos y segundos
para que en todo momento
lo disfrutes a él,
como él te disfruta
en cada tiempo
a ti.

Autor

Menchu Romero 
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14 May 2018

Hábitos diarios que mejoran tu vida

Cada uno nos identificamos con nuestros hábitos

 

Cada uno nos identificamos con nuestros hábitos. Nuestros hábitos son las mil rutinas diferentes que nos hacen saber que somos “yo”, nos proporcionan nuestra identidad.  Son nuestras rutinas. ¿Tienes planes nuevos? Ten cuidado, nuestros hábitos pueden boicotearlos.  Nuestras costumbres diarias dan  continuidad a nuestra historia.  Y nuestro cerebro se asienta sobre ellas.  Los hábitos nos transmiten seguridad:  si ayer salió bien, pues… hoy también saldrá bien.  Por eso nos cuesta tanto cambiar los hábitos.

 

Los hábitos son los que ponen límites a nuestra identidad

 

Hábitos conscientes y hábitos inconscientes

 

Los hábitos son normalmente conscientes pero también tenemos muchos que son inconscientes. Los hábitos inconscientes, los tenemos tan automatizados que no nos damos cuenta de que los realizamos.  Y caer en ellos es parte importante para que cambiemos otras rutinas que vivimos como molestas.  “Llegamos tarde a la oficina” y nos molesta, “queremos llegar a tiempo” y nos proponemos hacerlo.  Empezamos a proponernos:  Me levantaré más temprano, desayunaré en menos tiempo… pero seguimos llegando tarde.  Nos sentimos decepcionadas:  no lo consigo.  Vemos lo más obvio, lo que tenemos registrado como rutinas para llegar pronto, pero igual lo que nos está haciendo llegar tarde es no haber apagado el móvil y acudir a él cada vez que nos suena una alarma.  Lo tenemos tan interioridad, que no contamos con este acto, nos pasa desapercibido.  Y si nos hemos levantado antes y tenemos conectado el móvil….  más veces sonará y más veces lo atenderemos.

 

Los hábitos inconscientes, los tenemos tan automatizados que no nos damos cuenta de que los realizamos

 

Los hábitos no son superstición

 

Ya hemos dicho que tener hábitos nos transmite seguridad.  Pero caer en la superstición, es otro tema.  Sentarse a una mesa ordenada cuando voy a estudiar, es un buen hábito, pero si lo convierto en superstición, si no puedo ponerme a estudiar si mi mesa no está perfectamente ordenada porque no voy a aprobar el examen, el hábito se convierte en un condicionante y eso no es bueno.  El hábito está par servirnos y no para que nosotros le sirvamos a él.

 

El hábito supersticioso se convierte en un condicionante   

 

El hábito como ritual

 

El hábito como ritual, nos tranquiliza, nos da la calma que necesitamos para actuar.  Es común que un cantante, o cualquier persona que se tenga que poner de cara a un público, nos cuente que antes de salir a escena le gusta hacer tales o cuales cosas.  Son un conjunto de acciones, que por conocidas, a esa persona le transmiten seguridad, calman su mente para lidiar con el estrés que ponerse ante el público le proporciona:  “¿Gustaré, no gustaré?”

 

El hábito ritualista, calman nuestra mente para lidiar con el estrés  

 

Hábitos que mejoran nuestra vida

 

Todos salimos a escena cuando nos levantamos de la cama. Y tener buenos hábitos nos ayuda a lidiar mejor con nuestro día.  5 hábitos que mejoran nuestra vida y aunque muy oídos, pocas veces ponemos en práctica son:

Hacer ejercicio, antes de ir al trabajo o a los estudios, o simplemente antes de empezar con las rutinas de la casa.

Meditar:  Ya sea una meditación convencional, tipo yoga o similar, o simplemente dedicar 5 minutos, sin prisas, a visualizar nuestro día sin agobios.

Comer una fruta al medio día.  Simple pero eficaz.  Nos hace tener un “parón» en nuestro trabajo y ver lo que hemos hecho y lo que nos falta por hacer.  O simplemente charlar con una compañera y hacer unas risas.  Además de haberle metido al cuerpo unas vitaminas…, que no le vienen mal.

Y sobre todo:  Formularnos en positivo.  Cualquier tarea que tengamos que afrontar,

 

Todos salimos a escena, cuando nos levantamos de la cama, para vivir nuestro día

 

 

04 Abr 2018

La magia, ¿viene o se obtiene?

La magia viene a nuestro encuentro

Soñamos que la magia venga a nuestro encuentro

Soñamos con la magia, en primer lugar, porque nos encanta que nos venga de sopetón,  lo agradable e inesperado. Con la magia de un encuentro en que la primera mirada nos haga ver estrellas, en un cielo despejado, en una mañana de verano.  Y mágico es que encontremos la palabra adecuada pera sin tartamudeos, contestar la pregunta que nos ha hecho mientras pensamos: es él.  Seguro que es él.  Tener esperanza en lo que consideramos, objetivamente, poco probable es lo mágico.   

 

 La magia es: luces blancas que salen con alegría del fondo de un sombrero y no siempre de un sombrero de copa

 

Además buscamos la magia porque nos gusta que nos sorprendan; nos gusta que la vida nos sorprenda.  Desde luego amamos el pensamiento:  ¿cómo esto es posible?, ¿cómo puede estarme sucediendo a mí? Nos hace sentirnos especiales, fuera de la rutina y es divertido sentir que nos ocurren cosas nuevas.  “Cosas”  que hemos acariciado en nuestra fantasía y que hemos dejado volar, esperando el momento en que pusieran sus pies en la tierra. Y hoy, los han puesto, y te sientes como un ser único y el resto del mundo se evapora.

La magia, sin sombrero de copa, es ver como únicos los hechos cotidianos.  Nos sorprendemos con el resultado, sin fijarnos en los caminos que nos han llevado a vivirlos. Y concluimos:  Es mágico.  Y por supuesto, es mágico, porque nadie tiene asegurado conseguir eso, con lo que se sueña.

 

La magia está en nosotros

Nos gusta la niñez

Nos gusta la niñez porque para los niños todo es mágico, se sorprenden con rapidez, incluso ante lo que ya saben que va a suceder.  Como mostrarles un caramelo que tenemos en una mano cerrada.  Los niños no sueñan, viven lo que sueñan.  Y eso es la magia.

 

La niñez, la magia del niño

 

Me gusta pensar que nunca dejamos atrás al niño “ilusionista” que llevamos dentro, porque siempre encuentra lo que busca.  Si el caramelo no está en una mano, toca la otra.  Y si al abrirse está vacía, vuelve a tocar la primera.  Y el juego se repite hasta que desenvuelve su caramelo. Nuestras ilusiones infantiles siguen estando dentro de nosotros, esperando sin prisa, que las veamos materializarse, dentro de una mano abierta que puede ser la tuya, o la tuya… ¿para qué obcecarse?  Los niños ilusionistas buscan la mano que contiene su ilusión y en esto, si son obstinados, no cejan en su empeño… aunque los mayores se enfaden.

 

Llegar a la magia que a todos nos sorprende

 

Tu niño y el mío están listos para realizar sus ilusiones, si tus pensamientos adultos dejan de cuestionarle. Si las exigencias de la sociedad que vivimos las aparcamos en «el parque infantil» y al niño lo ponemos en la calle. Y así, llegar a la magia que a todos nos sorprende y que necesitamos para vivir.  La esperanza es magia disfrazada de adultez.  Sin sentirnos mágicos, no conseguiríamos vivir la fantasía que realmente supone vivir.  Porque la vida es pura fantasía.  Sería bueno que hiciésemos, con la vida, la magia, que todos esperamos vivir.  Mágico es que tú y yo, podamos hoy conocernos a través de la fantasía.  De la fantasía de unas letras dentro de un «sombrero de copa».

 

 

 

06 Ene 2018

8 lecciones de vida que no debes olvidar

Hay muchos post de esos que hablan de las cosas que tendríamos que hacer. Algunos te ponen nerviosa porque sientes que te has perdido algo, que no llegas a tiempo o que vas en dirección contraria del resto de la gente en esta vida.

Pero sea lo que sea, en esta vida podemos controlar dos cosas: lo que pensamos y nuestra actitud ante lo que nos pasa.

Por eso, aquí algunos consejos a tener en cuenta:

 

  1. Las relaciones hay que mantenerlas

Esto funciona para  todo tipo de relaciones: amistad, familiar o de pareja. No puedes pretender que las relaciones se mantengan por si solas sin hacer ningún tipo de trabajo.

  • Escribe a tus amigas
  • Haz un viaje de carretera improvisado
  • Llama de vez en cuando a tus padres
  • Ve a comer con tu abuela
  • Aprovecha el descanso de la comida para preguntarle a tu novio qué tal le va el día.

Son miles de pequeñas cosas que podemos hacer para hacer ver que nos interesa la otra persona. Aunque estés cansada, aunque tengas miles de cosas en la cabeza. Saca un hueco libre, para mantener las relaciones que tienes.

 

  1. No puedes controlar todo, pero sí puedes controlar las cosas que están a tu alcance.

Creo que todas somos culpables de controlar las cosas más de lo que deberíamos.  Y es que es muy frustrante querer que algo sea de uan determinada forma y no conseguirlo.

Nos empeñamos en que ciertas cosas salgan como queremos.  Queremos que los planetas se alinien para que todo sea perfecto pero, ¡olvídate!.

¿Cómo dejar de controlar todo?

  • Pon foco en lo importante, en lo que puedes controlar,
  • Deja que la vida siga su curso, y esfuerzate lo máximo posible sin agobiarte
  • Acepta las cosas que pasan y sigue adelante

 

  1. Cuidado con decir  “no” muy a menudo

Atrévete decir que «sí» a nuevas aventuras y posibilidades. No te quedes atrás por miedo. No sabes lo que puede traer esa experiencia,  seguro que te hará crecer como persona. Toma riesgos y di sí a todo aquello que normalmente dices que no.

 

  1. Acepta la realidad.

No todo sale como quieres, ¿y qué? Si no la vida sería muy aburrida, piénsalo. Si tuviésemos una pantalla en la que viésemos como va a ser la vida, vivir sería de lo más aburrido.

La vida va surgiendo, a veces las cosas nos gustan y otras no. Trabaja para conseguir lo que quieres, peor no te dejes llevar por ideas irrealizables.

 

  1. El trauma te cambia, pero no te define como persona.

¿Has vivido una mala experticia en tu vida? ¿Algo que te ha marcado? Eso no eres tú. Es solo una experiencia muy fuerte que has vivido, de la que tienes que aprender. No dejes que el trauma te defina. Define tu lo que quieres sacar en claro y crecer como persona de esa experiencia vivida.

 

  1. El tiempo es la cosa mas importante que tienes.

Solemos cuidar todo eso que es limitado. Si nos queda poco colonia de la que nos gusta, tratamos de suminístrala con cuidado. Y no pensamos en que la cosa más obvia que tenemos, es ilimitada. A veces parece que no lo es, porque todavía nos queda mucho. Pero sí, por desgracia sí lo es.

Piensa cada día que el tiempo que malgastas no volverá. Piensa que el tiempo que  tienes debes aprovecharlo. No dediques tu tiempo a una persona a la que no le interesas, no estudies algo que no te gusta, no trabajes en un trabajo que odias. No vas a poder volver a trabajar en algo que te gusta, ni volver a elegir una carrera que estudiar.

 

  1. Nunca es tarde para volver a intentarlo

El tiempo es limitado y hay veces que tenemos que tomar decisiones con las que en un futuro no estamos muy de acuerdo. No tengas miedo a cambiar de rumbo. Equivocarse en clave para crecer. Simplemente vuelve a intentarlo.

 

  1. Pedir ayuda es bueno

Eres autosuficiente y tu sola puedes hacer las cosas bien. De acuerdo. Pero recuerda que pedir ayuda no es ser menos. Recuerda que dos cabezas piensan más que una, cuatro ojos ven más que dos y 4 manos aguantan más peso que dos.

Que no te de cosa aceptar que no sabes como hacer algo o decir que estás en un momento de tu vida en el que te sientes perdido. No tengas miedo de sentirte vulnerable ante otra persona.

 

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