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Tag : elegir

14 Nov 2018

Cómo decidir qué es lo que quieres hacer con tu vida

 

Como decidir lo que quieres hacer con tu vida es importante en cualquier momento de nuestra historia personal

Pensamos con frecuencia que cuando terminamos nuestros estudios es el momento de decidir “lo que queremos hacer con nuestra vida” y no es así

 

Para saber «cómo decidir qué es lo que quiero hacer con mi vida» necesitamos:

Alejarnos del miedo

El miedo a realizar tareas nuevas nos lleva a la inmovilización y «a dejar para mañana» la posibilidad de plantearnos un nuevo estilo de vida.

Sentir el vacío que experimentamos

Sentir el vacío que vivimos como algo real y que nos crea insatisfacción.  No demeritarlo con expresiones como «son bobadas,,, pero si yo estoy bien así», «me quejo por nada».

Sentir la responsabilidad

Nosotras somos las responsables de nuestra forma de vivir.  Aceptar nuestra responsabilidad nos aleja del victivismo y de dejar de hacer lo que consideramos bueno para nosotras.

 

El vacío que sentimos cuando no sabemos muy bien que hacer con nuestra vida no es cuestión de edad.  Se nos puede presentar en cualquier momento de nuestro vivir en este planeta. Y es bueno, que se nos presente.  La vida no tiene por qué ser lineal y en un momento dado, puede que surja la necesidad de reconducirla.  Reconducirla, no tiene que significar que nos hemos confundido con elecciones anteriores.  Simplemente nos vemos en un momento, en el que el vacío que sentimos debe ser llenado con otras experiencias.

 

Es en esos momento de duda e incertidumbre, es donde nos tenemos que permitir un espacio para reflexionar. Nos tenemos que permitir traer al presente las ilusiones que hemos dejado atrás (igual no eran convenientes en un momento dado de nuestras vidas) pero ahora…, ahora puede ser el momento de llevarlas a la práctica. Podemos sentir ilusiones nuevas, ilusiones que con anterioridad no habían pasado por nuestras cabezas.  Ilusiones que pueden romper una vida líneal (y eso da miedo) pero si nos permitimos un tiempo de reflexión, seremos capaces de decidir sobre la conveniencia o no de llevarlas a la práctica.

 

Lo peor de no decidir sobre lo que quieres hacer con tu vida es que te quedes triste, indecisa, apabullada porque no te sirve ya el estilo de vida que llevabas.  Si el vacío que sientes, lo observas como una sensación que te está pidiendo crecer, decidir sobre lo que hacer con tu vida te será más fácil.  Todos sabemos, si no nos engañamos, lo que nos falta para ser más felices en ese momento.  Hay que perder el miedo al cambio. Y salir a buscarlo.  La vida nos da eso de lo que somos conscientes, no lo dudes.

 

Tener la actitud de “no sé que hacer con mi vida…, pero encontraré la respuesta” es la llave que abre el cambio.  Es la llave que abre el camino.

Es la actitud que nos permite encontrar la forma de hacer lo que deseamos (ya sea un antiguo o nuevo deseo)

Es la actitud, aunque no tengamos ilusiones antiguas o nuevas, que nos llevará a buscar nuevos intereses.  A centrarnos en ellos y ver si son nuestro camino o no.

Es la actitud que nos permitirá equivocarnos y no considerarlo un fracaso.  Le daremos la categoría que se merece: errores en el camino.  Que siempre los hay.

 

Vivimos aferrados a la idea de:

«Es mejor lo malo conocido, que lo bueno por conocer»

Pero la verdad es que lo «malo conocido» nos puede llevar a una insatisfacción permanente y de ahí a la depresión: solo hay un paso

 

 

10 Sep 2018

Ser equidistante

Qué es ¿ser equidistante? 

Según el diccionario ser equidistante es cuando asumimos una actitud equilibrada que nos hace no inclinarnos ante las partes de un conflicto.

Cuando decimos:  “me da igual” nos miran con cara rara…

¿Cómo te puede dar igual? es la contestación más habitual, que surge de alguien del grupo con el que estás,  y a la vez te lanza una sonrisa condescendiente si la persona no es muy “intrusiva”.  Y   en el peor de los casos se dirige a ti con la  exigencia de que tienes que elegir, lo que es lo mismo que posicionarte…  no puedes estar en una postura neutral. 

A las personas que tienden a ser equidistantes las tachan de “plasta”, o de “tibios” pero son individuos a los que les suele gustar el diálogo y tienden a no tener ideas preconcebidas y gregarias.  Podemos decir que les gusta viajar por y con la vida

Son personas, como dice el diccionario, equilibradas y que no gastan sus tiempo en discusiones poco importantes.  Tienen sus ideas claras y no entran en batallas perdidas de poca importancia.

Si eres una persona equidistante, a veces te sentirás abrumada, porque te exigen que te posiciones, porque te consideran “blandengue” (algo que a nadie nos gusta), cuando realmente tú solo quieres ser “un puente” que una distintas opiniones.  Buscas la conciliación. 

Muchas veces los diálogos se convierten en discusiones acaloradas, en guerras por el poder que otorga la palabra, y ya sabes…  en las guerras lo primero que se dinamita son los puentes  por lo tanto no te extrañe ser el objetivo “a eliminar”.

Ser equidistante no significa que no tengas opinión, significa desde mi punto de vista, que procuras no acalorarte sobre un tema y que procuras conciliar distintos argumentos. Posiblemente eres un amante de la verdad, de esa verdad que es tan difícil de obtener.  Eres una persona creativa, que no se contenta con una visión convencional, por muy del momento que sea, y por muy popularizada que esté.

Ser amante del diálogo antes que ser amante de ir con la “corriente” es una postura de lo más valiente.  Normalmente nos unimos, sin pensar, a una opinión porque no nos sentimos libres para indagar, para ser curiosos sobre un tema determinado y nos resulta más cómodo, más gregario ser uno más, aunque este ser “uno más” vaya en contra de nuestras convicciones más profundas.

Nadie es totalmente equidistante, todos tenemos unas preferencias, todos sentimos que algo es mejor que otra cosa… Pero la persona equilibrada sabe no dejarse arrastrar por ideas preconcebida suyas o por el “slogan” del grupo y busca otras respuestas, que puedan ser más objetivas a un momento dado.

La libertad individual pasa por los dos momentos.  La libertad conlleva un momento de serenidad para desde él adoptar posturas que, desde mi, sean más liberadoras.

 

 

Texto:  Itziar.