iEsta frase de La Vecina Rubia me encanta, porque sí. Porque madrugar no es solo de guapas si no que es algo genial que aporta mucho. Madrugar tiene muchos beneficios. Y no es solo que sientes que has tenido fuerza de voluntad. Porque seamos sinceras, madrugar, por muy guay que sea, y muy de guapas que sea. Cuesta. Y mucho.
Cuando te suena el despertador y maldices a todo el mundo, ruedas por la cama como una croqueta, te dices mil excusas a cual más variopinta y terminas levantándote y yendo a hacer el café como si te fuese la vida en ello.
Si madrugar por iniciativa propia, después de que tus amigas te hayan comentado todos los beneficios que tiene, y haberlo leído en un par de revistas, tu mente te tratará de convencer de que no merece la pena ese esfuerza, que madrugar no es tan bueno, y si mi apuras, quizás también te viene la idea de volverte a meter en la cama. ¡Con lo a gusto que se estça!
Y es que madrugar por las mañanas puede ser parte de tu rutina por la mañana
Eres un toca huevos, como no hay dos.
Te lo digo en serio.
Hasta aquí llegamos, hasta aquí llegué.
No vengas protestando, porque acabaste con mis nervios. Ya sabes que no los tengo congelados.
Eres un toca pelotas y no te cortas ni un pelo.
Lo sabes y te encanta que te lo digan.
Cuando lo oyes, sonríes y sigues tocando lo que no debes.
Tírate al río y sin salvavidas!!!
Busca un río de aguas frías y salta.
Es lo mejor que puedes hacer para saber, que no hay que sobrepasar los límites tocando las pelotas; aprende a tocarlas. “Mis pelotas” son resistentes, pero si las tratas como lo hace el suave viento cuando acaricia mi cara, “mis pelotas” no reventarán por exceso de ira, como ha sido el caso.
No te lo esperabas, eh?
Te creías muy seguro en tu juego de tocarme una y otra vez las pelotas, pero se acabó.
Se que eres eso y otras cosas más, seguro que tú también lo sabes, pero a mí «las otras cosas» casi se me han olvidado.
Te recordaré como el mejor toca-pelotas que me he encontrado. Y me servirá de mucho si, y no lo quiera el destino, en el recorrido de mis amores me encuentro a otro como tu.
Punto y aparte. Mi historia contigo terminó y no te hagas ilusiones: no hay epílogo.
La puerta se cerró cuando, sin contar conmigo, regalaste mi canario al vecino. Te molestaba que cantase por la mañana…. cuando con ojos cerrados y pelo desordenado te acercabas a servirte tu primera taza de café.
Ahora, yo con mi canario ¿y tú? Tú buscando a alguien que te deje tocarle sus pelotas sin que proteste, sin que acumule adrenalina… pero eso tampoco te mola, te mola más llegar al “clic” donde aprecias la primera fisura, para con tu sonrisa de niño travieso decir: no es para tanto, te molesta todo… ven… y sentir como la otra persona cede. ¡Te crees irresistible!.
Adíos, toca-pelotas del montón. Y ahora vas y lo cuentas… cuentas, con sorpresa, como te has encontrado a una persona que ha sabido respetar sus pelotas.
Detente un momento. No leas estas líneas de forma frenética intentando buscar esa pieza que te falta y que buscas de forma caótica por todos lados. Te diré que necesitas.
Te contaré porque cada vez te encuentras más vacía, porque parece que no hallas una ilusión por nada ni por nadie. Todo parece que ha tomado un color grisáceo ¿verdad? Ya no amanece con la misma intensidad que lo hacía antes, ahora parece que sol se está apagando, que no irradia esperanza de tener un buen día cuando lo miras a primera hora de la mañana. Y ahora el sol parece tan oscuro como la luna.
¿Hay algún culpable? ¿Es que acaso hay un eclipse que nos impide ver la realidad como la veíamos antes?
El problema está dentro de nosotras que queremos llegar cuanto antes a los sitios sin parar a contemplar el camino, queremos hacer mil cosas a la vez, pero no sabemos ni lo que tenemos en las manos, queremos terminar de leer estas líneas para después hacer las 999 cosas que aún faltan por completar, pero nos estamos olvidando de los más básico. El tiempo.
El tiempo no se mide en horas, minutos y segundos sino en los momentos en que nos dedicamos un pensamiento para nosotras mismas, en los momentos en que somos felices sin necesidad de nadie más. Dime, ¿hoy cuanto tiempo has dedicado para pensar en como estás? ¿Qué sientes hoy? ¿Qué te apetece hacer? ¿Quieres gritar, llorar, reír?
Nos dicen continuamente que no seamos narcisistas, pero no hay nada más bonito que contemplarse a uno mismo, en silencio y quererse como nunca nadie lo ha hecho.
Pasamos demasiado tiempo en estar a la altura de las expectativas de los demás, en llegar a hacer esa tarea, en mirar simplemente Instagram y las fotos de los demás…
¿Pero cuanto tiempo pasamos con nosotras mismas, en silencio?
Solo el silencio.
Apaga el ordenador, el móvil, la Tablet o el dispositivo con el que estés leyendo esto y sobre todo desconecta el mundo exterior.
Lo que estás buscando para sentirte completa es algo que tienes muy cerca.
Eres tú.
Conócete, siéntete feliz sin necesidad de nadie más, experimenta la soledad.
Escrito por: Marina Camazon
Odias despedir el verano.
Tantas canciones dedicadas
miradas delicadas
a ritmo de latido.
Te corre por las venas esa manera que tienes de hacerlo todo.
Estás hecha para sentir, para bailar, para dejarte llevar por todo eso que llene los huequitos que hay en tu alma.
Dicen que la piel es de quien la eriza
Dicen que la piel es de quien la eriza; tu piel es de la música. De la risa de esa persona que desata tus nervios. De ese aire helado que te entrecorta la respiración. Del mar cuando demuestra lo vivo que está.
Sobreviviste a la tormenta que inundó tus pulmones; asumiste que tus movimientos te podían sacar a flote. Los náufragos vuelven a nacer, hijos del mar y bautizados con sal. Eso te explica.
Tú
que siempre has tenido complejo de sirena
que vives unida al mar por un lazo
que formas parte del sol
que vives unida a tus gafas oscuras
a quien el verano le otorga tiempo para crecer
leer
pintar
escribir
observar.
Vendrá otro. O quizás no lo hará.
Volverás a
leer
pintar
escribir
observar.
Seguirás creciendo
o no. Y eso te asusta.
Por eso todas esas canciones que has gritado, todos los kilómetros que has recorrido, todas esas carcajadas directas al cielo, todas las manos, todas esas letras, esos colores, todas esas fotos y vídeos y audios, todas esas carreras hacia el mar, todos esos saltos al agua, todas las tardes que vuelan con quien sabe darle alas al tiempo, todo ese valor y ese miedo, todas esas caricias, todas esas noches de calor invertidas en olvidar que el sol no está, toda esa arena por todas partes, esas odiosas pero necesarias tormentas de verano, toda esa lista interminable e inigualable de sentimientos; todos esos minutos de vida pura y dura acumulados los transportas en la piel.
Tienes monstruos encerrados en jaulas ahí adentro, pero de vez en cuando se escapan.
Y te soplan tan fuerte en los ojos que no puedes evitar que lloren. Y te falla eso que te hincha el tórax. Las clavículas aumentan en ritmo.
Y sólo su voz te hace mejor.
Solo su abrazo te calma.
A sus manos siempre les has agradecido la fuerza. Hace ya mucho, tanto que ni lo recuerdas. Y siempre lo seguirás haciendo.
Siempre vivirás a contracorriente. Tan tú que impresionas. Tan tú que a veces dueles.
Querido verano,
Aunque aún el sol siga regalándonos días de calor y alguna que otra cerveza en cualquier terraza de Madrid, tú has decidido irte. Supongo que en esta vida todo está basado en tiempos y tu tiempo se ha agotado y tienes que esconderte hasta el año que viene.
Estoy algo enfadada contigo si te soy sincera. Me has sabido a poco. Aunque es una realidad que uno nunca se cansa de su helado favorito. Eres mi helado favorito con saber a su nombre y al igual que pienso seguir disfrutando de él, en mi interior seguiré disfrutando de ti querido verano. Prometo intentar vivir, hasta que nos volvamos a ver, con espíritu de verano. Este año no quiero que ni Septiembre ni el otoño me quiten las ganas.
Quiero darte las gracias por los días interminables, por los rayos de sol que hacen mi ciudad mucho más bonita. Gracias por las escapadas a la playa y aquellos bailes en el puerto de Valencia. Gracias por no darme la lata con la dieta y dejarme disfrutar de muchos helados, paellas, barbacoas y cervezas. Gracias por hacerme ver que las historias con amigos y contigo son mucho más divertidas. Gracias por hacerme sentir más viva que nunca.
Querido verano, hoy te despido como quien despide a su mejor amigo
Querido verano, te vas y no puedo hacer nada para que te quedes. Hoy quiero despedirte diciéndote que te espero a la vuelta de la esquina, que en parte necesitamos separarnos para cogernos con más ganas el año que viene, que la distancia no va a desgastar nuestra relación, que yo siempre voy a quererte a mi lado mi querido verano.
Hoy te despido con una sonrisa, por haberme hecho bailar calypso hasta las tantas de la madrugada y aunque sé que no es justo, ya no poder dormir sin pijama porque el frío empezará a notare en breves. Hoy te despido como quien despide a su mejor amigo cuando se va de erasmus, sabe que le va a volver a ver pero no puede evitar tener algo de tristeza.
Prometo no echarte demasiado de menos, tú me has enseñado a vivir cada momento y eso haré. Nos vemos el año que viene.
Septiembre prudente que ya has llegado.
Con tus primeras nubes grises y tus lágrimas arrepentidas.
Septiembre que siempre supones un cambio, un comienzo y en
algunas ocasiones el principio del fin.
Tú qué estás obligado a barrer los escombros
que dejo el descarriado verano,
con sus noches cortas en tiempo pero eternas en aquellas arena.
Tú qué eres odiado por tantos porque marcas el fin de la locura.
Septiembre, nadie te valora, no se dan cuenta que tú solo nos
devuelves a una realidad inevitable.
No se dan cuenta que tú pasas rápido y llega otoño con sus hojas
caídas, los atardeceres tempranos, la brisa que invita a la lluvia y,
como no, los miles de relatos tristes de los poetas.
No estés triste septiembre, que no te dé miedo soltar algún
resquicio de sol y dejar algún que otro arcoíris que cuando traes
color todos te empiezan a amar.
Septiembre prudente, mes de los finales y comienzos ¿Por qué nadie te ve como Enero?
Tú, que también das oportunidades de nueva vida
que puedes dar tanto frío como calor.
No dejes que te afecte lo que todos piensan de ti,
no cargues con las culpas de lo que el verano destruyo.
Querido Septiembre no te menosprecies que siempre traes cosas buenas.
Escrito por:
Irena Garay
Querido Agosto, tú siempre tan efímero… Lo que siento por ti es amor-odio: eres uno de los mejores meses del año pero, al mismo tiempo, supones el principio del fin de las noches eternas, el calorcito, la playa y los amigos… en definitiva, de la vida sin más preocupaciones que las de vivir al extremo cada situación, de correr tanto y tan lejos como se pueda.
Me has llevado de festival, donde me he re-enamorado de mil artistas y donde he conocido a personas increíblemente agradables y abiertas. Si es que está claro que la música une almas, yo lo he comprobado contigo y que bien me he sentido. Después, me has dado unas vacaciones al lado de mi familia favorita en la playa, donde si algo ha sobrado han sido las risas acompañadas de cócteles hasta las tantas, son noches que se prolongan, que se quieren unir al alba porque porque no saben decir adiós. Y has acabado de la mejor manera posible, en un pueblo que me adopta y que me hace muy muy feliz durante una semana al año, una de las mejores del verano y al mismo tiempo de las más tristes, pues es la que pone el broche de oro a cada verano, y a este que, sin duda alguna, ha sido el mejor hasta la fecha, también se lo ha puesto.
Ahora me toca despedirme de todo y de todos, de mi casa y de mi círculo cercano, así que solo espero que Septiembre se porte bien, y que me haga llorar lo justo, ya que en lo que llevamos de semana ya he llorado lo de todo el año.
Agosto, ya sabes que te adoro. Te espero impaciente hasta el año que viene. Te espero sabiendo que me traerás, un año más, sentimientos que nunca querré borrar.
Autor Texto: Alicia R
Otros textos de la autora:
Hola, Julio, mes de la ansiada y efímera felicidad
He pasado muchos años encerrada en mi misma y en un dolor que solo me creaba yo, solo por el miedo de intentar ser feliz y no conseguirlo, por proponerme metas y no oír el pistoletazo de salida, por decepcionar a los que me quieren, por sentirme hormiga entre tanto elefante y gata entre tanto león.
Sentirme hormiga entre tanto elefante y gata entre tanto león
Después de un par de años me doy cuenta de lo estúpida que fuí al final de un dolor con los pétalos inexistente y haber malgastado tanto días buscando una felicidad sin darme cuenta que el único momento que existe para ser feliz es ahora. Si, como escucháis, el único momento para ser feliz es ahora, hoy, en ese mismo segundo, minuto, hora, día.
El único momento que existe para ser feliz es ahora
Porque el error esta en buscar la felicidad. Permitirme decir que la felicidad no existe, que la felicidad solo está en los instantes y que lo debemos hacer es ser feliz en los pequeños momentos de cada día. Levantarnos cada día sonriendo porque estamos vivos y con la ilusión y el propósito de ser felices durante las 24 horas. Parece un número pequeño, pero creo que serás feliz 24 horas tras 24 horas.
Ser felices 24 horas tras 24 horas te hará feliz una vida entera
No podemos pretender ser felices toda nuestra vida. La vida tiene sus subidas y bajadas, somos humanos y sufrimos, necesitamos llorar y odiar en cuando, la vida es estar arriba de la montaña y que una piedra se mueva y nos caigamos al suelo en cuestión de segundos, la vida es sonreír y llorar, querer y odiar, que entren en tu vida o que salgan de un portazo, que es nuevo y volver al hogar, es abrazar o que te reprendan, es follar o tener un gatillazo, es lo que besen o que lo besen, es aprobar o suspender, es poesía y prosa, es acierto o error, es puta pero también diosa. Todo lo bueno tiene algo malo, por qué tanto para ser feliz que es triste y feliz.
Que ser triste o feliz es una opción
Antes de que me levante cada día eligiendo la opción de ser triste, hasta que toque el fondo y decidí ser feliz, porque me gusta, porque estoy viva y tengo una sonrisa preciosa. Porque tengo una vida por delante y un mundo bajo mis pies para demostrar todo lo que valgo y nada ni nadie me va a parar. Ya no
Digamos que hace tiempo decidí que mi moneda tenía dos caras, nada de cruces, dos caras para ser feliz. Cada mañana me levanto y lanzo la moneda al aire, cara, ser feliz. Porque no quiero más cruces en mi vida. Hoy decido cara, hoy decido ser feliz, sin posibilidad de dejar que la tristeza ocupe mi día. Y tu, ¿que eliges?
Y tu, ¿que eliges?
Se define juventud como “Primera etapa en la existencia o el desarrollo de algo” y de define joven como “que tiene las características que se consideran propias de las personas jóvenes (energía, vitalidad, vigor, frescura, etc.)”
Creo que la juventud es la mejor etapa de nuestras vidas y deberíamos hacer de esta etapa una forma de vivir, no un corto periodo de tiempo
Creo que estamos en la mejor etapa de nuestras vidas y no lo digo porque tenga 24 años, sienta que tengo toda la vida por delante y que tengo la energía suficiente para luchar contra un huracán. Lo digo porque creo que la juventud es la mejor etapa de nuestras vidas y deberíamos hacer de esta etapa una forma de vivir, no un corto periodo de tiempo.
La juventud no debería ir con la edad, sino con el espíritu, con las ganas, con la intensidad, vitalidad y energía de vivir la vida
Lo que quiero decir es que la juventud no debería ir con la edad, sino con el espíritu, con las ganas, con la intensidad, vitalidad y energía de vivir la vida. Que no solo se es joven con 20 años, que también se es joven con 30,40,50,60 e incluso 70 años. Que todo se basa en cómo te sientas tú, como mires las cosas.
Ser joven es vivir con la intensidad suficiente del que vive su último día en este mundo y estar en búsqueda constante de aquello que me hace feliz
Para mi ser joven es no perder las ganas de buscar siempre algo nuevo, algo que me llene de verdad, significa luchar contra esas bocas que dicen que no podré lograr esto o aquello. Ser joven es vivir con la intensidad suficiente del que vive su último día en este mundo y estar en búsqueda constante de aquello que me hace feliz.
Una vez le preguntaron a Juan Pablo II que cuantos años tenía y él contestó “Soy un joven de 83 años”
Creo que todas las personas, independiente de nuestra edad deberíamos se jóvenes, buscadores de felicidad, de momentos especiales, de risas en la madrugada, de lagrimas que no se aguantan cuando miras a un amigo cumplir su sueño (de felicidad también se llora), de noches interminables, de vacaciones en el apartamento de la playa, de escapadas, de locuras, de besos prohibidos, de carreras equivocadas, de manifestaciones luchando por nuestros derechos, de amores, de familia, de vida…
Muchas veces las personas crecen y se olvidan de ese espíritu que les hizo tan felices, se olvidan de ser jóvenes
Muchas veces las personas crecen y se olvidan de ese espíritu que les hizo tan felices, se olvidan de ser jóvenes. Sinceramente, no quiero que eso me pase. Por ello, voy a escribir una carta a mi yo del futuro, recordándole que no se olvide de buscar felicidad, de ser joven. Joven eternamente.
Querido yo del futuro:
Probablemente estés cansada, tengas miles de tareas pendientes, trabajes hasta las tantas y cuando llegues a casa solo quieras dormir y desaparecer bajo las mantas. Te pido que pienses un momento el sentimiento que tenías hace unos años atrás. Piensa cuando estabas ilusionada por ese trabajo nuevo, tenías miles de metas en la mente, miles de lugares que visitar apuntados en una lista que has olvidado en un viejo cajón. Piensa en lo feliz que eras con una cerveza en cualquier terraza de Madrid, en la emoción de escaparte un fin de semana a Valencia, en las ganas de ser la mejor versión de ti misma.
¿Te acuerdas de la sensación de ser invencible? ¿De tener el mundo a tus pies? ¿De creerte capaz de cualquier cosa?
¿Te acuerdas de la sensación de ser invencible? ¿De tener el mundo a tus pies? ¿De creerte capaz de cualquier cosa? ¿De sonreír los lunes como si de un viernes se tratase? ¿De los primeros besos y caricias? ¿De las cosquillas en le estomago cuando ibas a hacer algo nuevo y atrevido? ¿De correr del miedo y ser valiente ante cada situación? ¿De ilusionarte por cada reto que se ponía enfrente y de comértelo con los dientes? ¿Te acuerdas cuando eras león que no se rendía? ¿Te acuerdas cuando no te conformabas? ¿Cuándo buscabas emociones? ¿Cuándo el cansancio no importaba? ¿Cuándo eras feliz? ¿Cuándo vivías y no subsistías?
Te pido que no te olvides de ser joven, que no importan que tengas 50 años y las arrugas asomen por tu cara
Te pido que no te olvides de ser joven, que no importan que tengas 50 años y las arrugas asomen por tu cara (eso es señal de haber sonreído en las buenas y en las malas), que no importan que los huesos duelan, ni que los problemas parezcan hacer cola. Te pido que vuelvas un momento a cuando te sentías el rey del mundo y recuperes esa sensación porque tengo que decirte que eres el rey o reina de tu mundo, que tu solo decides si vives feliz, joven y lleno energía o dejas que la rutina te consuma.
Te lanzo una pregunta muy directa, ¿Quieres morir sintiendo que no has vivido? Yo se la respuesta y espero que tú, mi yo del futuro, tenga la misma respuesta.