La mirada entre dos personas es una de las cosas más bonitas que hay. En un par de segundos, los ojos hablan, diciendo todo aquello que no dicen las palabras. Hay miradas preciosas entre una madre y un hijo, un nieto y su abuela. Miradas de complicidad entre una pareja. O miradas entre dos amigas que se entienden a la perfección. No importa. Cuando dos ojos se encuentran la magia surge. Se ve algo más profundo de la otra persona, puedes ver si es sincera o no. Puedes entenderla y crear una conexión mayor
Mirada fija entre hombre y mujer
Cuando un hombre y una mujer se miran fijamente es muy probable que haya una atracción entre los dos. Nadie mira a nadie salvo que sea porque hay una curiosidad al menos por la otra persona.
A través de una mirada a veces te ves reflejado a ti mismo. Simplemente con mirar a otra persona puedes perderte en su mundo, ver sus inseguridades, sus miedos. Es como si en ese momento la estuvieses desnudando, viendo algo mucho más profundo y no tan superficial como se ve a simple vista.
Miradas de enamorados
Hay miradas que hablan y miradas que enamoran, o las dos al mismo tiempo. No hay nada como quedarse mirando a esa persona a la que quieres o por la que tienes algún sentimiento y ver como le brilla los ojos al mismo tiempo que sonríe. En ese momento el tiempo se para, las manecillas del reloj se detienen y solo estáis vosotros dos.
Hay muchos tipos de miradas
Y es que sin duda, lo bonito no son los ojos, son las miradas.
Aunque hay miradas de muchos tipos. Una mirada seductora, una mirada de amor o de amistad.m
Hace un par de días Jordi Evole trató dentro de su programa SALVADOS el tema de la depresión y llamaron a la emisión “2decada5”, un término que le va al pelo, pues es una enfermedad que la sufren más personas de las que pensamos.
De hecho, personas de nuestro entorno, incluso amigos pueden sufrirla y no darnos cuenta o sólo pensar: “está pasando un mal momento”. Todos sabemos que la depresión es una de las enfermedades que más personas la padecen en el mundo desarrollado. El problema es que nadie va por la calle diciéndolo. Nadie se atreve a decir que su padre, madre, familiar o el mismo está viviendo esta dolencia. La etiqueta de “depresión” que te ponen cuando dices que no tienes ganas de vivir, que no encuentras estímulo en nada de lo que haces o piensas, se pone sobre tu espalda encorvándote más todavía. No es extraño entonces que muchas personas la oculten. La etiqueta te va a definir.
Todos somos distintos, y la depresión se va desarrollando en nosotros poco a poco, y de formas diversas. Hay factores muy variados y distintos que pueden contribuir a desarrollar depresión.
Aquí vamos a tratar de analizar cómo es posible que niños y gente joven sufra esta enfermedad. Entendemos y nos parece más normal que personas mayores la sufran. Lo achacamos al desgaste propio de la vida; dolores no curados que poco a poco van haciendo mella en el corazón de hombres y mujeres y les quitan la ilusión por vivir: entran, por así decirlo, en una tristeza crónica. Lo que es muy poco comprensible es que personas que todavía no se han formado y no han pasado por momentos traumáticos en su vida la sufran.
A través de la cuenta de Instagram preguntamos si conocían a gente que sufriera esta enfermedad y más del 80% de las respuestas fueron un sí rotundo. También ganó por mayoría el sí a la pregunta de si esta enfermedad era una enfermedad tabú en nuestro país.
Es un tema tabú, pero es más entendida que muchos otros trastornos mentales. Aunque se frivoliza mucho sobre ella con expresiones como «estoy depre» – @urracaencuestadora
Sí, Las enfermedades mentales no se aceptan todavía – @mdrubpol
¿Tan vacíos estamos como sociedad?
Sería interesante saber qué tipo de contenido consumimos y cómo nos comportamos, cuáles son nuestros hábitos, qué educación nos dan y hacia dónde parece que se encamina la sociedad.
Una persona de 16 años con depresión directamente no sabe lo que le ocurre, ni a quién pedir ayuda. Siente que es un bicho raro y que no tiene ningún tipo de derecho a sentirse de la forma en la que lo hace. Al fin y al cabo, lo tiene todo. O al menos eso es lo que le dicen. Y él tiene conciencia de que sus padre le han comprado siempre todo lo que les ha pedido. Sabe que no le ha faltado de nada. Pero en el fondo el problema es que quizás ha tenido de todo, menos lo que realmente necesitaba. Lo que realmente quería y no sabía o no se atrevía a expresarlo porque muchas veces la respuesta que se recibe es de“eres un desagradecido”. Y a nadie le gusta ser objeto de incomprensión. Que te diagnostiquen con esta enfermedad duele. Es como si te pusiesen un rótulo enorme que te convierte automáticamente en otra persona. Y de ahí viene la depresión
encubierta. De puertas para fuera todo es perfecto: nos reunimos con amigos, viajamos donde queremos, disponemos de dinero para comprar “eso” que queremos… Pero nada es suficiente, nada consigue llenarnos. No importa lo que hagamos, el problema viaja con nosotros. No importa lo que tengamos, lo que nos den, no podemos olvidar lo que llevamos dentro. Por muchas cosas que nos den, el vacío que sentimos no consigue ser llenado. En lo profundo de nosotros nos sentimos solos y sin fuerza. No valoramos lo externo y menos lo interno. Realmente lo rechazamos todo, pero sin agresión. Lo rechazamos de forma melancólica, término equivalente a depresión que se utilizaba en el siglo XIX cuando la psicología estaba en sus comienzos como ciencia independiente de la filosofía.
Muchas veces no terminamos de darnos cuenta que estamos cayendo en depresión pensamos que es un estado temporal, pero con el tiempo vas perdiendo la ilusión por las cosas, te sientes inútil y nada de lo que haces piensas que merece la pena. Las personas de tu alrededor no comprenden tu estado piensan que no es grave, que todo pasa… Deberían darle más visibilidad al tema. – @maria13ppardo
Desde mi punto de vista sí, ya que es un tema del que no se habla lo suficiente o directamente no se habla por miedo a que hagas daño a alguien por dar tu opinión sobre dicho tema. Creo que se tendría que empezar a hablar más de este tipo de cosas , pero no sólo en la calle, en todos los sitios; escuelas, casas, etc… Desde mi punto de vista lo veo así, pero seguro que mucha gente opina cosas diferentes. – @biank_025
¿Incomprensión?
Totalmente. Y miedo, miedo también. Vivimos en el mundo de la piruleta, en el mundo en el que todo es perfecto y genial. En el que no hay problemas y si los hay, están lejos. El mundo de las apariencias y el estar bien. Un mundo falso y poco real, en el que los sentimientos y las personas, como personas, pasan a un segundo plano. Importa más lo que los demás piensen de nosotros, que como nos sentimos nosotros mismos.
Nos venden la película de que las cosas se consiguen sin esfuerzo, que podemos llegar a donde queramos, que tenemos derechos. Derechos que en el papel están muy bien redactados pero que en la práctica de vivir no resultan tan evidentes. Y sobre todo, pienso, no nos enseñan a lidiar con las decepciones. Y por muy perfecta que sea nuestra vida, por muchos logros que consigamos, la decepción siempre estará presente. Nadie se libra de ella. Y este sentir no tiene edad. Las decepciones existen en nuestras vidas desde el comienzo de ella: Ese caramelo que nos prometió mamá y se olvidó de comprarnos, esa concierto al que queríamos ir y no conseguimos las entradas, etc. etc
¿Casualidad que sea una de las enfermedades más sufridas en el mundo desarrollado?
No lo creo. La depresión es la causa última de una tristeza muy profunda que se ha prolongado en el tiempo y que no se ha sabido resolver a tiempo. El mundo desarrollado en sinónimo de abundancia, de felicidad y de oportunidades. Oportunidades que no son reales, que se camuflan con datos inventados. Felicidad llena de filtros y sentimientos que varían según los “me gustas” que recibes en un momento determinado.
Hablamos continuamente de libertad y es un momento de la historia donde los modelos a seguir se han hecho más exigentes y si no damos la talla, si no somos muy parecidos a los iconos sociales (ellos han triunfado, pensamos, son populares) que nos plantean como ideales nos entra la sensación de que no merece la pena vivir, que somos unos miserables
¿Actitud ante la vida? ¿Fallo en el sistema?
La sociedad y la tecnología, pensamos que el amor se encuentra detrás de una pantalla y que nuestra vida se basa en la cantidad de personas que le da me gusta a una foto. Al acabar el día ni nosotros mismos nos aguantamos y nos sentímos vacíos… y en una sociedad donde te dicen que eres libre pero eres más esclavo que nada. –@iemal_bel
No sé si es el sistema… Pero la forma de vida, las relaciones y los hábitos que tenemos hoy en día seguro que están influyendo – @mdribpol
– Por tener unas expectativas dirigidas desde fuera.
– Por no saber con claridad qué es lo que nos gusta, donde están nuestras habilidades.
– Por pensar que las metas se regalan, que no es necesario renunciar a cosas que nosgustan si realmente queremos acercarnos lo más posible a ellas.
– Por no disfrutar de los logros parciales antes de llegar al objetivo final.
– Por ser totalitarios: “o todo o nada”
La fama te llega. El éxito lo consigues.
Para muchas personas la fama es un objetivo que se desea alcanzar. Llegar a tener fama significa para nosotros ser reconocidos, tener popularidad. Pensamos que si llegamos a la fama nuestra cualidades serán apreciadas por nuestra sociedad.
Alcanzar la fama nos hace sentir que tenemos poder sobre la vida de los demás.
Pensamos siempre que la fama es positiva y agradable. Pero la fama también participa del “yin y del yan” Tener presente esta concepto nos ayuda a que si la alcanzamos, manejarla nos cause menos problemas. La fama no depende de nosotros. Lanzamos un producto al espacio, el producto somos nosotros, y el aire nos lleva al clamor popular, o nos deje en el anonimato.
La fama, es sinónimo de reputación y tenemos un refrán muy popular que dice: “cría fama y ponte a dormir” La fama cobra vida propia y salir del pensamiento que generamos en los demás es difícil.!
Pocas veces pensamos que todos somos famosos, es la fama que generamos en nuestros círculos más cercanos. Y es la que más nos debe de interesar porque marca nuestra relaciones.!
Todos tenemos la experiencia. Tenemos fama de: amable, tímido, ligón, trabajador…. Es ese rasgo que los otros destacan en nosotros, y del que muchas veces nos cuesta salir. Pero lo más importante es la fama que nosotros mismos creemos tener. Ese rasgo que consideramos muy propio y que nos esclaviza, !
La fama es peligrosa, su peso es ligero al principio, pero se hace cada vez más pesado el soportarlo y difícil de descargar. Hesíodo (S. VIII AC-?
Desde siempre el hombre ha buscado o ha llegado a la fama y ha tenido luego que “lidar con ella. Los medios de comunicación, en este momento, son un factor importante en este avatar humano. Los criterios de las personas que dominan los medios pueden, con facilidad, alzarte y descenderte con facilidad.
La fama no es sinónimo de éxito
El éxito es un sentimiento más íntimo. Es una actitud ante nuestras metas y no depende de la suerte, no nos quedamos esperando “que nos toque”. El éxito hay que ir a por él y al final aparecerá. Forma parte de un esquema muy simple: pensamiento- emoción- conducta. Es fácil escribir estas tres palabras pero vivirlas… !
Tener claridad de donde estamos y a dónde queremos llegar es el arma más poderosa con la que contamos. No hay que trabajar “duro” sino de manera inteligente y saber que toda acción tiene un “coste” y un “beneficio”. Damos para recibir.!
Hablar de éxito no es hacerlo extensivo a todas nuestras áreas de expresión. Podemos tener éxito en la pareja y no en los negocios, o viceversa. Saber aceptar el éxito en una parcela de nuestro vivir y saber que no el denominador común de nuestra existencia nos hace más humanos y saludables.
El éxito es ir de fallo en fallo sin perder el entusiasmo.» Winston Churchill”
El éxito es un camino que recorremos y en el cual vamos aprendiendo a clarificar nuestras ideas y sentimientos. Y la herramienta flexibilidad es fundamental para ir escogiendo los senderos.!!
Acoso online en Foro Vogue. Alexandra Pererira.
La blogger Alexandra Pereira (Lovely Pepa) Es una influencer española, de las primeras, de las que innovo es este mundo.
Ha colgado hoy un video en youtube que merece la pena mencionar. Trata sobre al acoso, en concreto el acoso online.
Parece ser que en Vogue hay un apartado que en un Foro en el que hay distintos hilos para hablar de Moda, Celebrities… u otros temas. Hay un tema que es de ella.
¿De qué hablan en este hilo?
Críticas y más críticas hacia su persona. Se comenta cualquier cosa sobre ella, su trabajo o sus familiares más cercanos. Según comenta en el video se ha llegado a hablar de la orientación sexual de su hermana o hacer comentarios racistas sobre su pareja.
Al igual que hace unos días, el actor Javier Calvo nos daba un ejemplo de fuerza al lanzar un mensaje sobre » ahora Alexandra Pereira lanza otro mensaje con mucha fuerza.
Hay que hacer frente al acoso. Hay que hablar. No podemos dejar
Y yo me pregunto, como una web de la relevancia de Vogue se permite que haya un blog en el que la gente, con usuarios anónimos se dediquen a insultar y menospreciar a otra persona?
Hay un apartado dedicado a mí que ni siquiera tiene mi nombre. Se habla de mi persona, de mi empresa, de todo lo que me rodea. En él hay 2.800 páginas, lo que hacen un total de más de 70.000 mensajes de odio acumulados. Contienen insultos, mofas, intentos de desprestigio e incitación al odio, contienen todo tipo de barbaridades y aberraciones
El consumismo en la sociedad actual es un tema que está en boca de todos.
Nos hablan de ello: psicólogos, sociólogos y hasta políticos. Nos gusta comprar y este acto tan común a todas las personas forma parte de nuestro vivir diario. Entonces ¿por qué es un tema de controversia? ¿por qué nos hablan continuamente de una actividad que sirve para satisfacer nuestros deseos?
El hecho de consumir, de comprar, no tiene moral. No es ni bueno ni malo. Hemos consumido desde siempre, también los animales y plantas lo hacen, porque todos debemos buscar y adquirir lo que se nos presenta como necesario en nuestras vidas.
Si no lo conseguimos es que vivimos en la pobreza, y la pobreza no es buena compañía. El consumismo toma importancia en el siglo XX y es hijo legítimo del capitalismo y de la mercadotecnia y publicidad y aquí con la publicidad es donde empieza todo el lío, porque la publicidad no sólo nos da a conocer un producto. El objetivo de la publicidad es generar en nosotros nuevas necesidades y no dejan de bombardearnos con que si no utilizamos tal o cual colonia no somos románticas, o no triunfamos en el mundo empresarial. Si no vestimos con una u otra marca estamos fuera de “onda”. El producto lo convierten en nuestro “yo”.
Los productos que utilizamos son nuestro “yo”, nos diferenciamos y nos definimos por ellos. La publicidad juega con nosotras vendiéndonos deseos sutiles más que productos concretos. Es el mundo de la sugestión. Y caemos en él, sin darnos cuenta. El capitalismo, padre del consumismo, ha sabido hacerlo bien. Al principio de su desarrollo,siglo XX, socialmente se confería mayor prestigio al los que eran más ricos. Socialmente ya no era la cuna, era el dinero y tu capacidad para adquirirlo lo que te incluía en una u otra clase social pero no se veía con buenos ojos el despilfarro.
La gente tenía dinero pero vivía de una forma frugal. Se ridiculizaba a los nuevos ricos que hacían ostentación de su nueva situación económica. Pero este comportamiento cambió cuando sus fortunas se hicieron más seguras y quisieron deslumbrar al rival mostrando cuánto podían comprar y se convirtió en una carrera: tú tienes pero yo tengo más. Y es una carrera que no tiene fin y que de las clases económicamente fuertes ha pasado por ósmosis a todas las clases sociales.
El sistema capitalista produce bienes y necesita venderlos y hay stock que hay que sacar adelante porque si no producen pérdidas, y aquí entra en juego el bombardeo de la publicidad, las rebajas, y el que nos inciten continuamente a que compremos jugando con nuestras ilusiones…. Tú y yo ¿cuántos productos de cocina, de maquillaje, de vestimenta tenemos en nuestra casa que hemos comprado sin pensar si lo necesitamos o no?
Eso es el consumismo: comprar por comprar. No satisfacemos ninguna necesidad. Satisfacemos el deseo de comprar porque este deseo se ha convertido en un bien en sí mismo. Vivimos en una sociedad de consumo y esto también significa que vivimos en una sociedad desarrollada e industrial. Tenemos esta suerte, pero también tenemos que ser conscientes que dentro de nuestro estilo de convivir podemos destinar recursos importantes a deseos fútiles y dejar sin cubrir necesidades más primarias y muy humanas. Nos referimos a calidad frente a cantidad. Nos referimos a saber elegir y no sólo dejarnos llevar por la sugestión de la publicidad y el “humo” que nos venden para incrementar el beneficio de las grandes empresas. Hoy no sólo compramos bienes, el consumo también abarca el sector servicios ya que tenemos más tiempo libre y una mayor disposición económica.
Otro tema en el que pensar: ¿Qué hacemos con nuestro tiempo libre? Concepto que nos diferencia, que nos individualiza: El tiempo. ¿El tiempo se ha convertido también en un producto de compraventa?
Parece que sí, si no escuchamos lo que realmente queremos hacer y nos dejamos llevar por lo que nos dicen que tenemos que hacer para “no quedarnos atrás”, y no sólo los comerciales, también los amigos y familia cuando nos bombardean con ideas que tenemos que materializar sin pensar en nosotros como individuos con gustos, igual diferentes, a los que llenan las redes sociales o los anuncios de publicidad. Al final lo importante es que tu “mandes” en tus compras.
En distintas situaciones nos encontramos con esta palabra: cuando miramos la etiqueta de un producto que vamos a comprar o cuando leemos un informe sobre alimentación, pero ¿sabemos realmente lo que significa para nuestro organismo?
Nuestros intestinos son importantes dentro de nuestro organismo.
Atención: En ellos la comida es digerida por las enzimas y las bacterias simbióticas que se encuentran en el intestino delgado y consiguen que los alimentos que hemos ingerido lleguen a sus formas más simples: las proteínas en aminoácidos; los carbohidratos en monosacáridos y las grasas se en ácidos grasos.
Es decir, sustancias básicas que en su nivel adecuado nos mantienen sanos, vitales.
¿Qué son entonces los productos probióticos?
Son alimentos que contienen microorganismos vivos que no mueren con los ácidos estomacales y pasan al intestino y refuerzan nuestra flora intestinal. Claro esta!, son bacterias “amigas” como la Bifidobacterium o Lactobacillus acidophillus. Hay otro concepto que está muy unido al anterior y es el de “Prebiótico”. ¿Significan lo mismo prebiótico y probiótico? No. Aunque tienen la misma función: que nuestra flora intestinal realice bien su trabajo contribuyendo a que tengamos un buen sistema inmunológico.
Los alimentos prebióticos son alimentos que aunque no contienen microorganismos vivos contienen sustancias, principalmente azúcares, que no se digieren en el estómago y llegan intactos al intestino sirviendo de alimento a las bacterias beneficiosas que ya tenemos en él para que se reproduzcan con mayor facilidad. Pero si no te gusta recurrir a productos enriquecidos que se publicitan como probióticos o prebióticos, pongo el caso de “Actimel” o el “kefir de Mercadona” no te preocupes, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria nos dice que normalmente nuestro organismo no necesita un aporte extra de bacterias para que nuestro intestino nos funcione bien. Es suficiente que ingiramos vitamina B6 en nuestra dieta ordinaria.
¿Qué tiene que ver la vitamina B6?
– La Vitamina B6 ayuda al sistema inmunitario, interviene en la producción de anticuerpos, los cuales son necesarios para combatir muchas enfermedades
-Ayuda a mantener la función neurológica normal y el buen funcionamiento cerebral
– Ayuda a formar glóbulos rojos
– Beneficia el metabolismo de los carbohidratos y las proteínas.
ALIMENTOS básicos que contienen VITAMINA B6 son: Las nueces, El plátano, Las legumbres, Los huevos, La carne, El pescado, Los granos integrales.
Productos PROBIÓTICOS El Kefir, El chucrut, El yogur natural, El queso crudo, La sopa de miso, El té de kombucha, Aceitunas y encurtidos, El chocolate negro.
Como curiosidad, si te gustan los licores y quieres que éste sea probiótico, está el “Pulque”. Licor mejicano de alta graduación que se obtiene de la fermentación de la planta Maguey. Productos PREBIÓTICOS: La alcachofa, La raiz de achicoria, El ajo, La cebolla, el salvado de trigo, La harina de trigo, La banana. Mantener nuestro cuerpo sano es una labor de todos los días y no sólo consiste en comprar alimentos enriquecidos por marcas que los comercializan.
Lo realmente importante es que mantengamos una dieta variada y suficiente para que nuestro cuerpo, que es sabio, los procese. Esperamos que esta entrada os sea útil y aclare vuestras dudas. esperamos vuestros comentarios: si los hay.
Irse a vivir solo es todo un reto. Es un momento en el que dejamos atrás todo lo que éramos hasta el momento para empezar a vivir una nueva etapa. No importa la edad que tengas o si te vas a vivir sola o en pareja. La cosa es que dejas atrás lo conocido y te preparas para una nueva vida.
Dejas atrás tu casa, con tus recuerdos y cada rincón con unas memorias y unos olores que te transportan al pasado para crear nuevos recuerdos en otra casa. Al principio te costará llamarme «mi casa» pero poco a poco la irás haciendo más tuya y te saldrá mucho más natural decir «la casa de mis padres» Porque hasta ese momento esa casa la habías sentido tan tuya como de ellos. Era tu hogar, tu refugio.
Por eso, si te vas a vivir solo por primera vez, es importante que compres cosas con las que te sientas a gusto, que sientas que son parte de la persona que eres y de la que quieres ser. De esta forma será mucho más fácil que te acostumbres a vivir solo.
Cosas a comprar cuando te independizas.
-Juegos de sábanas
-Menaje de cocina
-Caja de herramientas
-Buena cama
-Lugar para tender
-Estufa
La anorexia es esa terrible batalla que miles de chicas y chicos sufren en silencio. Es otra de las odiosas enfermedades invisibles del siglo XXI. Está ahí, pero no se habla de ella, no se menciona, al igual que la mayoría de las enfermedades que tienen un componente mental.
La anorexia o la bulimia. Enfermedades que se asocian a perseguir ese ideal de belleza inalcanzable. Muchas son las voces que se alzan criticando a los medios de comunicación por enseñar cuerpos muy delgados y con una belleza que la mayoría de los mortales no puede conseguir.
Aceptémoslo. No importa el ejercicio que hagas, no importa lo que te esfuercez por dejar de lado los azúcares, los hidratos de carbono… y en general, las grasas saturadas.
Todos llevamos con nosotros la temible genética, y ante eso no hay mucho que hacer.
La anorexia es una enfermedad mucho más profunda y menos superficial de lo que parece. Pensémoslo. ¿Por qué alguien querría cambiar su cuerpo si estuviese feliz? La anorexia y la bulimia nacen de un lugar de insatisfacción con la vida y con uno mismo. No deja de ser una forma de lidiar con un problema interno, que se manifiesta en una imperiosa necesidad por tener el control sobre nosotros mismos y lo que nos rodea. No podemos hacer que nuestro padre nos haga caso, no podemos hacer que a nuestros padres les toque la lotería, ni que nos dejen de hacer bulling en el colegio. No podemos hacer que vuelva la abuela que falleció hace un par de años llevándose consigo la alegría de mamá.
Hay miles de cosas que no podemos controlar. Queremos ser felices y buscamos esa felicidad a toda costa. ¿No es eso al final del día lo que todos perseguimos en esta vida?
Nos enseñan en la tele a chicas guapas y felices. Asociamos la delgadez a que nos quieran, a gustar al otro.
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¿Cómo superar el perfeccionismo?
¿Eres perfeccionista? Eso del perfeccionismo es la mayor putada. Parece que todos son ventajas, y cuando le dices a alguien que eres demasiado perfeccionista como un defecto se rien en tu cara.
Aquí no hablamos de ser un toco tiquismiquis, si no de no poder soportar que las cosas salgan exactamente de la forma en la que queremos cuando queremos. Hablamos de un nivel de perfeccionismo que te jode bastante la vida y que no te deja disfrutar de lo que haces y consigues.
¿Por qué?
Porque siempre podrías haberlo hecho mejor, porque tu solo ves fallos donde el resto ven cosas buenas. Porque para ti nunca nada es lo suficientemente bueno.
Ser perfeccionista a tal extremo conlleva mucho sufrimiento. Eres perfeccionista contigo misma y con la gente, con lo que haces. Es algo que te impide valorar lo que tienes porque nunca es suficiente.
Si alguien te felicita no lo disfrutas porque en el fondo crees que tendrías que haberlo hecho mejor. Tienes un barómetro con el que mides lo que haces que siempre va a demandar más.
¿Ejercicios para superar el perfeccionismo?
Lo mejor para superar el perfeccionismo es darte cuenta de que:
la perfección no existe.
No la persigas. No vas a conseguirla. Tienes que ser consciente de que consigas lo que consigas si sigues con esa actitud nunca vas a estar orgullosa. El problema no lo vas a resolver mirando o poniéndote metas imposible. El problema lo tienes tú. No te aceptas como eres y buscas esa aceptación en las cosas que haces.
Hasta que no te sientas cómoda contigo mismo nada de lo que hagas va a hacerte feliz. Nada va a hacerte sentir bien.
Las consecuencias del perfeccionismo
La única consecuencia del perfeccionismo es que no vas a ser feliz. No vas a estar bien contigo misma. Siempre vas a querer más y más. Te vas a autoexigir demasiado y eso te va a hacer frustrarte.
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